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Soñar con palabras (Museo de la lectura)

 

En nuestro Museo de la lectura, ubicado dentro de nuestra Biblioteca del sentir, podrás navegar por distintos rincones donde la lectura se expande a un océano de creatividad, en el que descubrirás que también podemos soñar con palabras.

 

Y en este Soñar con palabras, queremos compartir de una manera diferente fragmentos de libros, reflexiones, pequeños relatos, citas, poesías... , ¿por qué de una manera diferente? porque nuestro museo de lectura tratará de hacerte descubrir por medio de la ternura, los misterios, los sentimientos, las sorpresas, las reflexiones y todo aquello que nazca de ti, un nuevo mundo que nos hará compartir sueños con palabras.

Tocarte sin tocarte

 

Qué lindo abrazarme con tu abrazo, qué tierno tocarte sin tocarte, qué bello saber que estás ahí sin palabras, sin necesidad de decorar la nada.

 

No sabes cómo quisiera que mis emociones volaran, se mezclaran con el viento y te susurraran: “confía en ti, siente tu magia”. Y en ese mismo instante una lluvia de hojas cae del cielo y te abraza.

 

Qué lindo si ahora mismo secaras mis lágrimas, y estas te besaran, qué tierno que te mire y amanezca tu sonrisa, qué bello si compartimos este paisaje con alguien que de este mundo no espera nada.

 

No sabes cómo quisiera que mis emociones gritaran, rompiendo con su grito la distancia que nos separa.

 

Ahora mismo desearía derretirme en la más dulce de las fragancias, con la ayuda de esas emociones que volaban, y hacerte sentir el olor de la esperanza.

 

Qué tierno si justo en este instante mis palabras te tocaran.

Desde nuestro Museo de la lectura, el Principito aparecerá en distintos momentos, y quién sabe si nos encontraremos con él en el desierto.

 

Dejemos que sus mensajes sean nuestros, apliquemos su sabiduría y no te olvides de seguir siendo un niño por dentro.

 

Y ahora, me gustaría dedicarle a ese libro un trocito de lo que me hace sentir por dentro: me quedo con su cuento porque hace posible que se pueda vivir en un sueño, y que se abran las puertas del universo diciendo: ¡Despertemos!

¿ A qué libro pertenece el siguiente fragmento? 

 

"No necesitaba luz para ver a su alrededor. Incluso antes, cuando aún caminaba de día, mantenía los ojos cerrados durante horas y se dejaba guiar por el olfato. La imagen deslumbrante del paisaje, la luz cegadora, la fuerza e intensidad de la vista le causaban dolor. Solo le gustaba el resplandor de la luna. Su luz no tenía color y perfilaba débilmente el terreno, bañando la tierra con un tinte gris sucio y estrangulando la vida durante una noche. Este mundo como de plomo fundido en el que solo se movía el viento, que a veces se cernía sobre los bosques grises como una sombra, y en el que solo vivían las fragancias de la tierra desnuda, era el único mundo aceptable para él, porque se parecía al mundo de su alma".

 

Y antes de averiguar qué libro es, en caso de que no lo sepas, te vamos a pedir, si te gusta la propuesta, que vuelvas a leer el fragmento, pero utilizando todos los sentidos; es decir: ¿qué se oía?, ¿qué se veía?, ¿qué se olía?

 

Si no lo has averiguado, y te gustaría hacerlo, descubre aquí los secretos del Museo de la lectura.

 ¿Qué te transmite la siguiente reflexión? 

 

"Muchos adultos conciben la lectura como un salvavidas contra los embates de la vida, y no como una barca libre dispuesta a la aventura personal".

 

Somos gritos silenciosos

 

Somos gritos silenciosos que no brotan, ni estallan, se hielan, se entierran en arenas movedizas en las que la tristeza no aprende a respirar.

 

Ojalá mis lágrimas saltarán fuera de mí, corrieran y te abrazasen, porque a veces es necesario que la  tristeza nos abrace. Que se convierta en nuestro refugio, donde ni el frío ni el calor nacen,  allí te encuentras amordazado por su dolor como para saber que algo fuera de ti late.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En ese refugio uno aprende a desnudarse, aprende que en las sombras del miedo uno arde y con ese fuego uno se expande, ¿hacia dónde?, ¿quién lo sabe?

 

Ahora sólo deseo que sea mi melancolía la que te escriba, la que te susurre que sin su dolor no habrá sonrisas, sólo falsas mascaras que nadan en la hipocresía de una huida que está anclada a vagar en un eterno círculo llamado regresar.

 

Por mucho que te desangre la tristeza, te estrangule su cantar, de su crepúsculo nacerán amaneceres, de su rabia magia que te hará acariciar el arco iris de la vida, arco iris que reflejará nuevos colores como el de la ternura, o como el de este beso que ahora te doy, y que siempre ha querido estar ahí, alumbrándote en los días sin estrellas, asomándose en los paisajes donde la luna te miraba a ti, abrigándote en los días en que las lágrimas te abrasaban. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  Sí, siempre he deseado que la ternura fuera ese sol que tanto te conmueve, siempre he deseado que fuera nuestro camino, nuestro pasear juntos de la mano, nuestra mirada en las ausencias, nuestra ventana abierta al mar. Pero hasta hoy no había comprendido, ahora que me encuentro en un océano de lágrimas, que sin la oscuridad de la tristeza, la ternura no aprende a navegar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ven, acércate

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ven, acércate... ¿crees que la vida sería más sencilla si bajara de una vez por todas de ellas?

Me refiero a las nubes, me transmiten la suavidad que muchas veces no logro encontrar y que nadie suele regalar, me han abrigado y consolado en los momentos en que me replanteaba bajar ahí abajo, esos momentos en que escucho más al resto que lo que tengo yo dentro...

No me arrepiento de haber crecido y vivido bajo su aliento, pues soy yo ahora la que les regala movimiento...con ellas coloreo el mundo por el que yo apuesto, el de los sentimientos...

 

secretos del Museo de la lectura

El fragmento pertenece al libro de "El Perfume", de Patrick Suskind

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