Mirarnos para educarnos

 

¿Antes de hablar de los demás nos miramos a nosotros mismos?, ¿o vamos en el día a día hablando de los otros? Constantemente oímos conversaciones en las que se habla de otra persona. Y se tenga o no razón,  la cuestión que nosotros planteamos es: ¿cuántas veces en lugar de hablar del otro nos miramos?, ¿no sería más sano mejorar nosotros en lugar de seguir hablando  y no aplicando?, ¿utilizamos recursos, herramientas para mirarnos, para aprender de nuestros errores, para hacernos una crítica constructiva y seguir mejorando, ya sea a nivel profesional o personal?

 

¿Realmente cuando alguien nos habla escuchamos? Pensemos en la tendencia, lo que suele suceder, dado que todos tenemos hábitos; no pretendas defenderte ya que, como decía un escritor, "si esconde usted su ignorancia, nadie le atacará y nunca llegará a aprender”. Aquí no pretendemos atacar a nadie, solo ayudarnos a ser conscientes de lo que sucede para ir hacia una crítica constructiva y el desarrollo de una vida personal y profesional más sana y no una muerte en vida.

 

Ante lo que te planteamos, te proponemos un experimento de lo que estamos hablando, en lugar de quedarnos con esa retahíla teórica que nos han enseñado durante tantos años, en la que la mayoría de las veces muchos de los profesores se quedan, como decíamos en la introducción de Aprender sintiendo, amarrados a un PowerPoint como tabla de salvavidas, predicando contenidos que se encierran en cubitos de hielo, sabiduría helada sin poder salir por falta de un entorno abierto y predispuesto a sentir lo que se enseña... Nosotros decimos ¡BASTA!, hay que aplicar cuando hablamos y mucho mejor si experimentamos...

 

Si quieres seguir profundizando, solo tienes que darle a este enlace: Experimentando.

 

En el caso de que quieras saber más sobre todo esto que planteamos, solo tienes que decírnoslo y juntos seguiremos avanzando ya sea de una forma presencial u online, dado que no pretendemos tener la razón, ni proponer algo sin que las personas de una forma u otra decidan, porque puede ser que no estés interesado en lo que aquí esbozamos. Por eso, como para nosotros la sabiduría nace de la humildad y de la capacidad de dudar que nos lleva a pensar por nosotros mismos en lugar de reproducir sin más, serán las personas las que decidan si quieren abrir las puertas de aprender sintiendo. Aquí nos tienes, para que en el caso de que así lo decidas, la enseñanza te sorprenda de una forma distinta.